miércoles, 13 de junio de 2012

[L8/2012] Agua quemada - Carlos Fuentes

"Creen que no tenemos historia ni ideas porque ven a burros como tú y se ríen de nosotros. Mejor así. Que lo crean. Así ocupamos toda la historia que ellos dejen vacía".*

Estuve viajando en esta mitad del año por literatura de Argentina (Cortázar), de Alemania (Nietzche, Goethe, M. Ende), Japón (Murakami) y España (Prado), ya era justo y necesario algo de México. Y ayer terminé con Agua Quemada.


Lo cierto es que este libro lo comencé a hojear poco antes de que sorpresivamente Carlos Fuentes dejara este mundo. Son de esas coincidencias algo extrañas. De eso ya casi un mes y apenas voy acabando con el libro, más que nada por cuestiones personales. Como sea, es verdad que el mejor homenaje que se le puede hacer a cualquier escritor es leer sus obras. Y héme aquí, finalizando como ya dije con Agua quemada, un cuarteto de cuentos, a saber:
  • El día de las madres. El revolucionario, el abogado y su hijo. La añoranza de la revolución, la discordia con el presente, la mesa puesta, la falta de la figura femenina.
"-La iglesia nomás sirve para dos cosas, para bien nacer y para bien morir, ¿está claro? Pero entre la cuna y la tumba, que no se meta en lo que no le importa y que se dedique a bautizar escuincles y a rezar por las almas"*
"-¿Te dan guácara mis dientes pero no mi lana? A ver, cómo está eso?"*
  • Estos fueron los Palacios. El montonal de perros, Luisito, la Sra, los vecinos, la incomprensión, la soledad. La venganza y el desquite con el que no se puede defender.
(Dirigiéndose a los perros) "Nomás porque ustedes no pueden defenderse ni hablar ni pedir socorro, ya no sé si les hacen estas cosas a las pobres bestias para no hacérselas entre sí, o si sólo se entrenan con ustedes para lo que se van a hacer ellos mismos mañana, quién sabe, quién sabe [...]"*
  • Las mañanitas. Otra historia de soledad. La añoranza, la nostalgia por el pasado. El vacío del presente. Los hundimientos que padece la Ciudad de México. La "fea" glorieta de Insurgentes (es que aún no conocían la Estela de Luz, eso sí es feo). Las palabras que no se dijeron. Las confesiones que no se hicieron.
"Le mataron sus noches llenas de amanecer"*
"Le daba vergüenza que un país de iglesias y pirámides edificadas para la eternidad acabara conformándose con una ciudad de cartón, caliche y caca"*
"Lo cierto, se dijo, es que la memoria de los viejos es provocada por las muertes de otros viejos"*
"Nada de abrazotes, gritos, quihúboles, vulgaridades, felices-los-ojos, quémilagrazos"*
  • El hijo de Andrés Aparicio. La vida difícil de la clase marginada, la lucha por salir adelante, la frustración por no lograrlo, lo "milagroso", lo inesperado, lo irónico. Algo que a mí me sonó al Halconazo de 1971.
"No lo que se junta, lo que se separa eso es la vida"*
"Ellos han llenado de mentiras la historia de la patria para debilitarla, para hacerla chiclosa y entonces este arranca un pedazo de chicle y aquel otro pedazo y al principio no se nota. Pero un día despiertas y no tienes la patria grande, libre y unida que soñaste, Bernabé"*

Al leer estos cuentos uno no puede dudar que el relato está impregnado de la esencia, de la cultura del mexicano. En diferentes épocas pero lo mexicano permanece a pesar del paso del tiempo, y a pesar de la clase social. Para bien o para mal así somos. Este lenguaje coloquial que emplea Fuentes a mí me sacó una que otra risa. Hace que el relato sea breve porque si bien no son los términos que yo suelo ocupar en mi lenguaje cotidiano sí lo son para otros, la de esta sociedad mexicana, por lo que nos vemos más allegados a estos relatos. Y esta mezcolanza de cuentos que se hace de imprevisto. Porque a final de cuentas es una misma cultura con infinidad de matices.


Quizá hubiera disfrutado más de la lectura si conociera las calles que allí se mencionan: Moneda, Guatemala, etc. que se encuentran en el Centro Histórico de la Ciudad de México, pero lamentablemente yo sólo he recorrido algunas veces dichas calles y seguramente no me transmiten lo mismo que a quien su vida la ha pasado todo el tiempo en la ciudad. Con todo, uno puede echar a viajar a la imaginación y adentrarse en la historia e imprimir mentalmente esos paisajes literarios que menciona Fuentes. Pero no son sólo las calles las que cobran importancia, sino más bien, los momentos históricos que allí se relatan, como la Revolución Mexicana y lo que quedó de ella en las generaciones venideras.. Me gustó tener ese acercamiento con el pasado y el reflejo en el presente. Gracias Carlos Fuentes (donde quiera que estés) por lograr esto.


*Extracto de "Agua Quemada, Editorial Alfaguara.

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