domingo, 1 de noviembre de 2015

Indiferencia

Indiferencia, desinterés... Los otros me preocupan pero en realidad no tanto. Puedo ver a mi prójimo caer, tropezarse y en vez de ayudarlo a levantarse decido ignorarlo porque ya se me hizo tarde (como siempre).

Falta de compromiso, quiero estar y no quiero estar. Me gusta estar cuando me conviene. No quiero estar cuando eso se traduce en cambiar o en dar un esfuerzo extra.

Ella... Quien en vez de preguntarme cómo estoy o cómo llegué ayer decide hacer notar el tiradero que guarda mi habitación. Pero la indiferencia es recíproca y yo tampoco pregunto si tuvo frío, si pudo dormir.

Comprometerme... Siento que me sale salpullido si decido comprometerme con mis amigos, con mi familia, en la chamba. ¿Qué es esto? ¿Miedo, angustia, depresión, soledad, abulia? Alergia mortal al compromiso. Cuando hablan del compromiso cambio de conversación.

Veo a los demás que requieren ayuda. Pero esta maldita apatía que pesa sobre mis hombros es gigante, tanto que decido sentarme en una banca y observarlos para ver cómo resuelven sus problemas (cada quien con los suyos y que le hagan como puedan suelo pensar).

Pero yo no era así... Estoy segura que yo no era así...¿en qué momento me volví tan inhumana?

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