jueves, 27 de septiembre de 2012

Leyenda del Tepozteco


Cuenta la tradición oral que una doncella solía bañarse en la barranca de Atongo. Se decía que en las barrancas "dan aires", pero la doncella no lo creyó; y así, al cabo de un mes se supo encinta. La doncella se presentó a sus padres y, avergonazada, les confesó su embarazo.
 
Al nacer el niño, el abuelo hizo varios intentos para deshacerse de él. En una ocasión lo arrojó desde una gran altura contra unas rocas, pero el viento lo depositó en una llanura; en otra ocasión, fue dejado cerca de unos magueyes, pero al poco tiempo las pencas se doblaron hasta llegar a su boca, para darle de beber aguamiel. En otro intento por deshacerse del niño, fue arrojado a hormigas gigantes pero éstas, lejos de picarlo, lo alimentaron.
 
Cuenta también la leyenda que una pareja de ancianos, que descubrió ala bebé abandonado del bebé, lo adoptó. Se trataba de Tepoztécatl, posterior patrono de Tepoztlán.
 
Muy cerca del hogar de Tepoztécatl vivía Mazacuatl, una temida serpiente de Xochicalco, a la que los pobladores alimentaban mediante el sacrificio de ancianos. Un día, los mandatarios del pueblo anunciaron al padre adoptivo de Tepoztécatl que debía ser sacrificado a esta serpiente. Tepoztécatl se ofreció a acudir al sacrificio en lugar de su padre. Salió rumbo a Xochicalco, y en el camino fue juntando aiztli, pequeños pedazos filosos de obsidiana, que iba guardando en su morral. Al llegar a Xochicalco se presentó ante Mazacuatl, la enorme serpiente que, de inmediato, lo devoró.
 
Dentro del  vientre de Mazacuatl, Tepoztécatl utilizó los aiztli, y con ellos desgarró las entrañas de la temida serpiente.
 
Durante su viaje de regreso, pasó por una celebración en la que se utilizaban el teponaxtli, especie de tambor,  y chirimía, (flauta). Tepoztécatl deseó  tocar estos instrumentos y, al verse impedido, envió una tormenta que arrojó arena a los ojos de todos. Cuando reaccionaron, el niño había desaparecido con los instrumentos: se oía a los lejos el sonido de ambos. Lo persiguieron y cuando ya lo alcanzaban, se dice que  orinó y formó así la garganta que atraviesa Cuernavaca.
 
Llegó a Tepoztlán y tomó posesión de los cerros más altos. Se posó sobre el cerro Ehecatépetl, y como no podían llegar a él, quisieron derribarlo, cortando la base. Fue así como se formaron los “corredores del aire".
 
Tepoztécatl gozó de amplia consideración en su pueblo natal y fue designado Señor de Tepoztlán y sacerdote del ídolo Ometochtli (Dos Conejo). Pero años después desapareció, no se sabe si murió o se fue a otra parte, pero hay quienes dicen que se fue a vivir junto a la pirámide, para siempre.
[Tomada de Red Ilce]


lunes, 17 de septiembre de 2012

Utopias I. El transporte

La prole mexicanos ya no sale de su casa con tres horas de anticipación para llegar a su destino, llámese trabajo, escuela y una diversidad de actividades que consituyen su vida diaria. En algún momento de la vida del planeta tierra, en algún lugar de la Mancha de cuyo... nombre... no... Bueno, el caso es que ahora los mexicanos se transportan en bandas magnéticas estilo The Jetsons...


Son de esos disparates que alguien pudiera pensar que se me ocurrieron a media noche cuando ya no hay nada que hacer... pero de hecho, se me ocurrió en pleno embotellamiento bajo los calurosos rayos del sol. Y sí, fue primero una utopía de su creador y sí, yo también lo imagino de esa manera.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Utopías sólo Utopías

«La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar» 
Eduardo Galeano.

Un taller de construcción de utopías porque...Siempre es divertido imaginar lo que uno quisiera que pasara. Ver el mundo de otra manera. A mi manera (dice la canción).


Corta de inspiración

Ando corta de inspiración, que no de temas de que hablar, porque de esos hay muchos, muchísimos en el tintero. Sólo que me pongo a filosofar cuando no tengo ni un lápiz a la mano y cuando estoy frente a la máquina la idea se ha desdibujado. Eso sólo significa una cosa: Debería comprar una libretita y cargarlo por todos lados, hasta en el baño, de tal forma que nada se me escape, nada huya descaradamente de mis manos. En fin, así pasa cuando sucede...

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